"El perfil de mis dedos
está manchado de pelar papas, batatas,
de nicotina
y de limón,
de polvo y azuleno,
todo cubierto y de perfil, por
tinta,
todo imborrable
y tinta"

Irene Gruss
Contacto: isamirna@yahoo.com.ar PASÁ TAMBIÉN POR: http://bajolaslilas.blogspot.com.ar/

miércoles, 16 de mayo de 2012

Viejas hojas


Escribió  poemas de amor                                                              
en papeles con bordes deslucidos                                
Cuando el papel era un bien a guardar
Y también el amor
Buscó  lo recóndito
Íntimo
para trasladarlo
para que trepidara en sentidos ajenos
También en cuadernos
con  líneas de inocencia
(Equivocó  receptores)
En el camino
Perdió  la alegría
Armó un nido
donde vivieron  las sombras
Pero también los niños
con voces sanadoras
Dejó que durmiera lo joven  
Desperdició cada noche                                                                             
Un sueño
devuelto pesadilla 
Resignó el cuerpo
para desvanecer la lozanía
y la ansiedad
Inventó otra vida
con retazos
-abrigado cubrecamas de pobre-
Así salió al viento
que le quitó las hojas
Pero no pudo con las raíces

domingo, 6 de mayo de 2012

Falso guión

INTERIOR
Una mujer está sentada en el living de su casa.                          
Un hombre la abandona.
Las palabras de la despedida son cortantes, definitivas.
ÍNTIMO INTERIOR
Ella hubiera deseado al menos que pidiera perdón, que le dijera cuánto la había amado.
Pero no.
Llora.  Esas serán las últimas lágrimas jóvenes de su vida.
Hubiera deseado un argumento trascendente de novela, no un folletín de kiosco, no un ocasional romance, un fraude.
Tal vez una causa importante, y ellos con un dolor afín, él aún amándola, recordando el pasado, la esencia compartida.
Quizás un último encuentro, ocasional, fugaz. Ella hermosa y triste. Él con un amor insondable e imposible.
INTERIOR. UN BAR. UNA MÚSICA (IMAGINADO)
Ella está bebiendo y ríe. Están sus conocidas de siempre. De vez en cuando brindan por la vida soñada. El champagne en las copas rescata las risas, los brillos añorados.
Él entra, viene para verla por última vez. Se apartan. Los siguen miradas intrusas. Las palabras son pocas, pero redimen. Siguen bebiendo para aquietar fantasmas y disfrazar sentidos.
El amor se salva aunque la distancia permanezca
               isa bertero


Imagen en: http://artelista.s3.amazonaws.com/obras/big/8/0/9/6085521838659267.jpg

sábado, 5 de mayo de 2012

Psicosomático

Aconteció que en días sucesivos las ventanas quedaron cerradas, las calles permanecieron desiertas, ningún negocio abrió sus puertas, los días se hicieron largos y velados, de invierno lloroso en las ramas despojadas de los árboles.
Tampoco había actividad en  los bancos, los negocios, los grandes almacenes, los pequeños establecimientos comerciales, las farmacias, los kioscos.
Había  anclado  la soledad. En la soledad hueca se miraba a sí misma,  la realidad huída por obra de su espíritu.
Releyó viejos libros, evocó vestigios, se adormeció en el recuerdo de los amores pasados.
Las imágenes, como en el cine,  le devolvieron figuras en el parque, rientes, saciadas de esperanza.
Las noches se sucedían con ciertos sueños insípidos, más  otros como cuchillos de tiempos vividos.
No hallaba descanso.
Una noche penetró en la casa el forastero.
Empezaron a compartir. La cena con vasos de vino de cristal donde la luz jugaba historias.
Las manos ansiosas, temerosas de piel.
Las voces, lejanas, prontas a evadir la soledad acostumbrada.                                                         
Las fugas y los regresos.
Ella le contó de las brujas que a su alrededor organizaban danzas de voces hirientes, ironías de compasión. De los rituales de espiar su interior, para divulgar secretos dormidos. De las voces encerradas en ojos maliciosos pobreajenasinremedio
Otro día le habló del vikingo, alto, nudoso,  en una barca en medio del océano de paz. De la felicidad de sentirse amada por un desconocido inmortalizado en los pliegues de la memoria no vivida. Imagen luminosa.
Le explicó  del dolor profundo: de los huesos y la carne y de los sentidos.
Él podía escuchar y transformar.
A veces creía oír  otra vez la vorágine más allá de los visillos. Cortinas mecidas por el viento. Gajos secos en los vidrios. Olores. Sonidos de transeúntes y de automóviles.
Una vez llegó su madre con un termo de caldo.
Otra vez su hermana con un jugo de naranjas. Fresco. Dulce.
Su amiga con la mano suave, liviana, sobre la frente ardorosa.
Pasó un fragmento de vida.
Los contornos reconocibles en lo difuso eran ambulancias, aparatos extraños donde yacía en el abandono de exámenes.
En ese ciclo, cierta vez,  entró en un ambiente aséptico, inmersa en el abandono; un lugar frío y metálico donde se movían visiones difusas, pasos acolchados, máscaras,  una luz intensa.
Un hombre se inclinaba sobre ella. Por momentos lograba verlo, pero debía cerrar los ojos por la fluorescencia que cegaba. Se escuchaban ruidos. En algún lugar refaccionaban una habitación. Caían herramientas, unas tenues, como cuchillos, otras como una maza sobre el ladrillo.
Nada de miedo. Nada. Un país sin tiempo.
- Lo que debe haber dolido eso, los huesitos estaban hechos polvo.
El cirujano le hacía voltear el brazo, y podía.
- No girés la cabeza.  La herida interna cierra sola, llevará un tiempo  
En la cama de la derecha una jovencita miraba con extrañeza el cuerpo descarnado.
Los mismos u otros, comenzaron a desfilar para ver la resurrección.
Al  tiempo  la calle recuperó color.
A veces, en días deshabitados, extraña al forastero.
Conoce que hay huellas que se borran, pero bifurcan los andares.
   isa bertero 
Imagen en: 
http://0.tqn.com/d/arthistory/1/7/U/p/bem_aic_09_08.jpg